Cuenta el dedo de una ola
que a tu niña de nácar
se la llevaron las aguas
por no dormir con la luna.
Dice la arena en la playa
que sus lágrimas mueven
coralitos en la espuma
por no cerrar los ojos
y afrentar a la aurora.
Se dibuja en las rocas
que un pulpo de siete brazos
se te llevó tu sirena
por no soñar en tus sueños,
por no nadar en el raso.
Duérmete, sirena niña,
que las olas te protegen,
te hacen cama de algas
y almohada de fantasía,
almejas y caballitos
y alguna estrella marina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario