Francis Nicolás

"Espacio donde se depura el proceso de encarnación del pensamiento."

sábado, 7 de marzo de 2015

187. La muerte acecha

(Tiempo de adioses...) 

La muerte acecha.
Si agazapada
tras la añagaza de matorral,
no oculta su penacho de rojo seco.
La muerte acecha: lo susurra el tiempo a cosa hecha.
Serpea entre besos
con la bífida escrutando recuerdos:
a la diestra los buenos,
los malos a siniestra,
Y bajo su vientre,
árido suelo de recuerdo y piedra.
La muerte acecha y huele a pan,
a colegio y a tarde,
a naipe y a cartera de cuero.
Y las palabras quedan grapadas
en paredes de nada.
Alguien - de enjuto luto - espera en la luz
de un lejano hogar,
removiendo con un largo dedo
brasas de felicidad
que descongelaron vida bien vivida.
Y el sarmiento crepita, mientras,
en columnas de humo blanco,
como parras altas ofrecidas a un dios.
Anda la muerte intentando ocultar
su pesado bulto tras años marchitos
y el caminante pasa de puntillas
sin querer mirar el penacho de rojo seco.

La muerte acecha:
 lo dice el tiempo a cosa hecha.
Remolinos de frío y noche,
cada vez que pestañean sus ojos verdes;
ventisca de ratos,
lluvia de segundos
y escarcha de adioses.
La taimada muerte ejecuta al amor.
Reos de vida somos,
procesados eternos,
en este corredor de la muerte:
milla verde de frondosos pastos,
que el juez amartilló en sentencia firme
cuando lloramos colgando,
como hilo de Moira,
del poderoso brazo
de una comadrona roma y basta,
que soñó ser Dafne.

La vida - pasillo del patíbulo -
también tiene ventanas,
y fuentes eléctricas,
y banquitos donde sentarse
y soñar amores y otras vidas,
Pero al final, pende el nudo.
La muerte ejecuta al amor...
Eso es lo imperdonable...

No te escondas, Muerte,
ese penacho de rojo seco...
lo recuerdo, ya lo he visto...
Paso rápido, no hago ruido.
La muerte acecha,
lo grita el tiempo a cosa hecha.

No hay comentarios: