Tal
vez en el galope,
huyendo
del secano,
una
palabra se cayó de mi montura
y
se clavó en el desierto.
¿Qué
será, pobre palabra olvidada,
de
tus besos silábicos,
de
tus susurros fonéticos?
Allá
sola,
rodeada
de mentira,
falsedad,
apariencia,
espejismo,
desierto,
arena,
soledad
y tibieza continua.
¿Quién
te pronunciará?
¿Quién
te acariciará?
¿Quién
te hará el amor
aplastándote
contra el folio
cualquier
tarde…
cualquier
tarde lluviosa,
de
noria y melancolía…
aquí
junto al mar,
en
las riberas del cielo?
La
vega llora por ti.
¿Soportarás
el olvido
sin
un gota de mar?
Pronto
serás viento
de
cálido y cruel mediodía.
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