Francis Nicolás

"Espacio donde se depura el proceso de encarnación del pensamiento."

viernes, 13 de enero de 2012

21. Lacryma

Eran unos ojos tan expresivos…
Tan francos y nítidos
de nortes árticos, de sures antárticos…
Cuando mi aliento hecho onda
se sumergió en ellos,
se provocó un espasmo,
un pequeño cataclismo
que derivó en sunami…
y desbordó una lágrima.

Eran unos ojos tan tuyos,
tan abiertos y míos
de profundas umbrías forestales…
Cuando mi voz anidó en su iris,
mi palabra en su retina,
un orgasmo subió por la médula,
un terremoto sacudió los párpados,
y se licuó el sustantivo en licor.

En el instante en que se viaja
del sueño al bullicio inhóspito,
del cielo al suelo,
del ojo al pie..
un pequeño aleteo de mariposa
en la otra punta del infinito
provocó un colapso de pestañas,
que fueron derrumbándose
como las fichas de un dominó
preñado de puntos negros
de interrogaciones decapitadas…
Parpadeó el destino.

En el instante en que se viaja
del sueño al bullicio inhóspito,
del cielo al suelo,
del ojo al pie…,
la lágrima llovió calma y diáfana,
como el sudor de Afrodita.
Pero el corazón y lo sanguíneo
la enturbiaron,
no se aferró al puente onírico
de la ceja dormida,
y se devino en sucia realidad,
pus nociva,
ponzoña ácida,
pegote insulso,
veneno inútil,
mancha estallada,
y se aplastó en el camino
de polvo y huesos…
pisoteada por veintisiete peregrinas
en la terminal de los recuerdos,
en el andén del olvido.


“Afortunados los ojos que así llorar pudieron,
y dichosos aquellos que los vieron.”

No hay comentarios: