Scorzo del pesimista

Mientras la luna cuelga temblorosa
sobre una lágrima del firmamento…
en el gris pululan almas desnortadas,
descabezados corazones,
chocando entre sí,
mientras tu amplio espectro de luz
amenaza con abrazarme
hasta asfixiarme de amor.
Sabes que me hastía el sonido del vacío,
la cáscara de nuez
y la insulsa lengua.
Sabes que me repugna lo nimio,
me desbasta lo simple,
me abotarga lo plano,
la falsa y artificial falsedad
me irrita falsamente,
me agota  la falta de inteligencia
y me sobra todo…
menos los besos de tus pulmones.
En esta brillante oda al tonto,
panegírico al listo ignorante
y al estúpido avispado,
en nata de gris corona,
en merengue de extraño wengué,
 la guinda tosca y descolorida
ves muchos nadies apelotonándose,
soñando ser alguien en vanas melés.
Haz el favor, tú, de no evadirte,
lanza bengalas,
no te pierdas,
hazme guía,
irradia vectores,
¡balízate, mi cielo!
en esta crème de la crème
o bien merde de la merde
me asquea profundamente,
me solivianta
el burdo disfraz de nada
con capa transparente y noche
de manos pavorosas
con cabezas en las yemas.
Si al menos sintiera pena..
Ni eso.
Malos tiempos para la metáfora polícroma…
abunda el escupitajo en verso,
gruñido en arte menor,
gritado en mayor
de estertor patético
jugando a ser poético.

La realidad es un lindo
traje nupcial
de film irrompible:
ansioso a la vista,
esquivo al tacto...
sólo la palabra 
la taladra.