Tejes…
tan incansable como descuidada
firmamentos de lana azul
en urdimbres de duda,
con hilos de tul,
con tirabuzón de musa
Bordas…
en fino hilo de tiempo
nubes de blancas horas,
anudando minutos,
abrazando segundos,
acantos y lises,
con hilos de plata atardecer,
de oro día
y azabache adiós.
Saja y asesta la aguja
en fina fonética afilada
el torpe sentimiento acomplejado
que apenas enhebra los ojos
escondido en su triste bobina;
trepa la esbelta el paño virgen
dejando un reguero de carmesí hebra
presta a convertirse en azafrán,
escoltando de oro
rematando en violeta,
coronado en lapislázuli y jacinto.
Danza la aguja,
y danza el dedo que la danza…
Resucitó el bastidor
que dijeran muerto y olvidado,
se tensó el folio en su albero
de pureza y nieve.
¡Enhebra, cose, vuela…!
¡Enhebra, cose y vuela mil veces
condenada aguja…!
Sueña mi frente
en su calentura,
tus destellos de plata
surcar el dócil paño raso..
raso y estrellado..
de la noche eterna
de tu eterna noche…
lejos de aquel soñador
acribillado y quieto,
alfiletero corazón.
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