Palabras depuestas, rendidas,
cabalgan hacia mi entre la bruma.
cabalgan hacia mi entre la bruma.
Atrás
quedó la sal.
Atrás
quedo la espuma...
vienen
en trote quedo... abatidas
Palabras
depuestas... rendidas.
¿Desde
vuestros falsos horizontes
me
decís adiós con amargura,
enjugáis
lágrimas de polizontes
con
vuestra blanca arboladura?
Palabras
depuestas y liberadas,
asomadas
y traviesas,
tamboriles
y granas.
No
queréis ser tornillo,
ni
sustantivo esclavo,
alcanforado
y amarillo;
aspiráis
a ser clavo
entre
lavanda y tomillo,
sin
sándalo de olvido.
Palabras
depuestas... rendidas...
metálicas,
dejáis vuestras monturas,
armaduras
doradas, floridas grebas,
yelmos
de nube y calenturas,
y
me enseñáis vuestras carnes,
blancas
y puras...
a
vuestra desnudez me abrazo
en
vuestra sencillez me lavo...
Palabras
depuestas... rendidas...
de
mil fintas en el aire,
a
un solo tajo...
no
queréis ser tornillo...
¡queréis
ser clavo!
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