A pasear salieron una tarde
las novias del renglón arregladitas
a atar con cordeles salieron
los sueños y los tiempos perdidos
con flequillos de eñes
y sonrisitas de tilde…
A pasear salieron una tarde
descotadas y perfumaditas
con sus inocentes e indecentes patitas
a hacer cola de mis desveladas pulsiones,
trayéndome entre sus dedos
corazón a borbotones.
A pasear salieron y no volvieron
pudorosas muy
limpitas
con sus sexos y canales sonrientes
a enmarcar entre caderas
bolas de papel con sus dos tibias
formando tristes calaveras,
trayéndome en sus eyelines y carmines
y entre el temblor de sus senos
alientos de pechos ajenos…
Quedáronse ordenaditas
en esta vitrina de hielo,
quedaron aquí pegados
sexos, perfumes, pulsiones,
rímmeles y caderas,
aromas y canalones,
en esta vitrina de hielo,
en esta llanura del tiempo,
en este folio amarillento.
Aquí los flequillos de eñes,
allí las sonrisas de tilde,
allá las sábanas sin chaneles,
y los sueños sin cordeles.
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