A veces... el silencio... es necesario...
Este poema es un Viernes Santo...
atribulado, nimboso y polvoriento..
Está todo cerrado...
Se quitan las palabras puestas...
Un viuda barbuda vela lejana...
un cuaderno en forma de ataúd...
Solemne... Silencio... Sepulcral...
¡Aquí no habla ni la palabra!
(Alguien, en ráfagas de tres,
ha fusilado este poema
en el paredón del folio
con disparos suspensivos.)
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