Apuntaba el arquero a la luna
y el poeta al verbo
y a base de intentar acertar
a él lo sepultaron las palabras
y el arquero fue el mejor arquero.
*
¿Asfixiarse en adjetivos?
¿Ahogarse en verbos?
¿Morir aplastado por sustantivos
pesados y atroces?
¿Claveteado a una cruz
por afiladas conjunciones?
*
Zarandeado por una muchedumbre
de sujetos y predicados,
de manos y pies astillados
con muñones de grafito...
así, en la pagina cuarenta y ocho
de un diccionario,
en otro nicho en negrita
colgando de una y griega
al borde del precipicio.
una y griega...
eterna y griega.
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