Atrás
como la funda
de lo que fuiste.
Atrás,
a un paso,
extendiendo
sus dedos
para tocarte.
Atrás,
asfixiándose
en la nada.
Atrás,
donde ya no hay
sino el hielo
del recuerdo
o el formol
de momias
que sonríen.
Atrás,
sumergido en negrura,
aplastándose,
intentando sobrevivir
y que te llama
a grititos de impotencia.
Atrás,
donde pasaste,
lloraste,
sufriste,
reíste,
amaste.
Atrás
donde
un silencio
fantasma
se afana
en modelarte
y hacia donde miras
como un extraño
tras una mampara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario