Busqué la palabra entre cascotes
difuntos
y otrora la verdad en bulevares y
plazas.
Debía ser la justa,
debía ser la clara,
pero las almas huían
mutiladas por la rabia.
Artillería hipócrita batía los
frentes
y demagogia química cegaba el
disparo.
En la trinchera de la verdad
chapoteamos en barro
y sorteamos cadáveres
abrazados en el campo
con los brazos abiertos
como apretando mil nardos
y en sus pecheras abiertas
desgarrones de amapola,
boquetes de casquillo y cambio.
Llovizna fina de mentira
va calando nuestros cascos
y nubarrones de azufre
amarillean los prados.
Debía ser la justa,
debía ser la clara
pero las almas huían
mutiladas por la rabia,
Tan solo una palabra más
y cruzará con su canto
una bayoneta gris
con su beso plata afilado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario